Localización: La subida a Mogarraz, la podemos hacer por dos vertientes: La Regajera, a través de Miranda del Castañar, por la carretera SA-225, desviandonos en La Regajera, o, por la vertiente tradicional, que es bajando hasta el río Francia, por Las Casas del Conde. En el mismo puente sobre el río Francia es donde vamos a iniciar la subida.
Especificaciones: Buena carretera, aunque el primer kilómetro y medio es un firme mucho mas rugoso y en peor estado, pero perfectamente trasnsitable. Una vez llegamos al cruce la carretera mejora de forma considerable, siendo ya perfecta hasta la cima.
Fuentes: Al inicio de la subida en el pequeño merendero que hay al lado del río. En el kilómetro tres hay otro pequeño merendero donde podemos coger agua, y en el pueblo de Mogarraz podemos encontrar varias fuentes, una de ella, sin necesidad de desviarnos nada de la carretera, casi al final del puebo, a mano derecha.
Descripción: En pleno corazón de la Sierra de Francia nos encontramos la subida que nos va a llevar hasta Mogarraz, en primera instancia, y luego dejando atrás el pueblo hasta las proximidades de La Alberca.
Este primer kilómetro es muy suave, y en seguida se aprecia, allá, arriba las primeras casas del pueblo, pero antes de llegar a el debemos aun recorrer un par de kilómetros, acercándonos primero a un esplendido mirador hacia el río Francia, y toda esta zona de la Sierra, y luego, justo antes del pueblo, los cruceros, ya que son varios, el Vía Crucis, a la izquierda de la carretera.
Justo en el pueblo vamos a sufrir la rampa mas dura de toda la subida. No va a ser un esfuerzo exagerado, ya que en ningún momento vamos a llegar al 10%, y la longitud de la misma tampoco es exagerada. Mogarraz es un pueblo que hay que visitar si o si, y el cicloturismo es una buena forma de hacerlo. La villa de Mogarraz está declarada Bien de nterés Cultural con categoría de conjunto histórico en 1998, y pasear por sus calles es adentrarse en la delicia de sus construcciones, típicamente serranas, con tramoneras de castaño insertadas entre la piedra, en compartir una tapita de jamón y un vaso de vino, de fabricación casera, por supuesto, en cualquiera de las bodegas particulares que existen, y que, el caracter amable y acogedor de sus habitantes hará esto posible en cualquier paseo por el pueblo. Paseo, en el que no podemos dejar de contemplar una gran iniciativa que llevó a cabo el ayuntamiento de la localidad junto con el artista local Florencio Maillo y que consistió en realizar retratos de habitantes del pueblo de la actualidad, y situarlos en las fachadas de sus casas, y en algunos de los casos, compararlos con otros retratos realizados por el mismo artista, de las mismas personas vista con retrospectiva. Un lujo.
En Mogarraz tampoco podemos dejar de visitar, y realizar, aunque, hoy que vamos nosotros en bici lo dejaremos para mejor ocasión, la ruta senderista de El Camino del Agua, un recorrido circular, que se inicia y finaliza en este pueblo, y que combina, además de la ruta, el agua, como parte fundamental de la misma, y numerosas obras de arte y de arquitectura popular insertadas en el trayecto de la ruta, como parte de la misma: Arte en la Naturaleza.
Dejamos, con pena, atrás el pueblo, y continuamos con nuestra ascensión. Aun nos quedan cinco kilómetros de subida, aunque los dos últimos son muy, muy suaves. Nada mas dejar atrás la última casa de Mogarraz encontramos el desvío hacía Monforte de la Sierra, donde encontramos otra pequeña, muy suave, subida, pero con un encanto muy particular, y que dejamos para otra ocasión. Tras este cruce, una sucesión de dos herraduras nos hace echar un vistazo hacia atras en el giro de la carretera para contemplar los últimos cerezos del pueblo, la torre del campanario, separada del resto del templo, por cierto, y allá, a lo lejos, la eternas nieves de la Sierra de Béjar, con el Travieso y la Covatilla observándonos, y a la espera de una próxima visita a sus rampas.
Superadas las dos herraduras volvemos a encontrarnos con el bosque de robles. Nos queda algo menos de dos kilómetros hasta la nave que Maderas Cascón tiene en la cima y desde donde explotan los recursos madereros, que son muchos, de la zona. Es un semirecta, que se vuelve un tanto pestosa en verano, cuando el calor aprieta de verdad, y, que, aunque no reviste demasiada dificultad en cuanto a porcentaje, siempre llegas arriba con el resuello un poco justo.
Una vez superada la nave de maderas, y con la silueta de la Peña de Francia frente a nosotros, con un caprichoso perfil, visto desde esta zona, afrontamos el final de la subida. Es un kilómetro y medio de falso llano que nos llevará al paraje conocido como Fuente Castaño. Justo en el cruce de carreteras que nos llevará a Sotoserrano, hacia la izquierda, y hacia La Alberca si seguimos de frente habremos puesto fin a esta subida, no demasiado dificultosa, pero con un encanto mayúsculo en cuanto a paisaje y belleza del pueblo de Mogarraz.
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