Localización: Parque Natural do Douro Internacional, fronterizo con Salamanca y el Parque Natural de las Arribes del Duero. El inicio de la ascensión se sitúa en la estrada N221, preciosa carretera paralela al Douro. Para llegar hasta allí, lo podemos hacer, si es desde Salamanca, por Saucelle y su embalse, o Hinojosa de Duero, y una vez cruzado el río, cuando lleguemos a la N221 tomar la misma a la izquierda, dirección Barca d'Alva o bien por el muelle fluvial de Vega Terrón, en La Fregeneda, para pasar a Portugal por Barca d'Alva y desde allí cruzar el Douro y tomar la N221 a la derecha, dirección Freixo de Espada á Cinta, justo tras atravesar el puente y dejando a la izquierda la subida a Ligares. Si venimos desde el interior de Portugal, la referencia es la propia N221, estrada nacional que une las localidades de Guarda y Miranda do Douro. Desde el norte tendremos que tener referenciada la localidad de Freixo de Espada á Cinta y por el sur la propia Barca d'Alva, o antes Escalhao o Figueira de Castelo Rodrigo.
Especificaciones: Carretera estrecha, con buen asfalto. Carece se señalización horizontal.
Fuentes: No hay en la subida
Descripción: La Raya/Raia es como se conoce entre los lugareños las comarcas, tanto portuguesas como salmantinas (en el caso que nos ocupa) que están unidas por el Duero, una comarca que ha sabido abrirse paso en un entorno hostil, tanto orográficamente, como geográficamente, alejada de las urbes mas pobladas de la zona. La Raya/Raia fue testigo principal de las guerras fronterizas hispanolusas, de las que han quedado vestigios claros en forma de ciudades amuralladas, tanto en el lado portugués, como español (Ciudad Rodrigo, Almeida o el Fuerte de la Concepción son algunos de los ejemplos reperesentativos).
Antes que se construyesen las centrales hidroelectricas de las zona (una de las zonas mas productivas de ambos países en energía hidráulica) los cañones que ha ido generando el Duero con el paso de los años (Arribes) eran muchísimo mas profundos (como referencia el embalse de Aldeadávila tiene una profundidad de mas de 300 metros), pero eso no era obstáculo suficiente para que entre los habitantes de un lado y otro del Duero/Douro se produjese un continuo comercio, basado básicamente en el trueque de los productos autóctonos, un comercio, que luego dió lugar, tras la Guerra Civil Española, al famoso Estraperlo, cuando en esta zona de la Raya/Raia, se intercabiaban, ilegalmente, para no pagar tasas e impuestos, productos, sobre todo que se necesitaba en la parte española. Cualquier habitante de estas zonas de edad madura, se acuerda de estas prácticas, y cualquiera recuerda aun el famoso café portugués de estraperlo.
Hoy estas zonas limítrofes, se han abierto paso en la ganadería, famosos son sus quesos, como en la agricultura, con sus excelentes aceites, o vinos, vinos, así como por albergar una variada oferta turística, auspiciada, por el agua, con sus grandiosos saltos de agua, y por los espectaculares miradores/mirodouros a los embalses o al propio Duero/Douro.
Y ahí, en la Raya/Raia nos vamos a encontrar, desde el punto de vista ya ciclista, o cicloturista, unas maravillas de cuestas, cortitas casi todas ellas, pero con un importante grado de dificultad, los #murosdelduero.
El que nos ocupa hoy, es probablemente el que mas dureza contiene. Poiares. Una subida de apenas cuatro kilómetros, y que, incluyendo un tramo llano con un ligero descenso inluido, salva un desnivel de mas de 450 metros, y un porcentaje medio superior al 11%, llegándonos a encontrar, en la segunda parte de la subida, tramos por encima del 20% y llegando a un máximo del 25%. Porcentajes extremos que exigen el máximo de cualquiera que se atreva a afrontarlo en bicicleta.
Para llegar al inicio de la subida a Poiares, circularemos plácidamente por la N221, sinuosa carretera en este tramo paralela al Douro y, que con el río a un lado y las laderas repletas de viñedos en el otro, es un disfrute para cualquier amante de las dos ruedas. Ya sea en sentido descendente, desde Freixo, o ascendente, desde Barca d'Alba, como ya hemos comentado en el apartado de localización, nos encontramos con el cruce a Poiares, y, ya de repente vamos a toparnos con una señal que nos advierte de las fuertes rampas que podemos encontrar en esta estrada sinuosa e com pendiente acentuada que leeremos en el cartel.
Y no engaña el cartel, desde luego que no, tras la primera curva ya el puerto nos demuestra la dureza. Vamos a tener ya un kilómetro con una media de casi el 12%. Las rampas se van a suceder, curva tras curva, incrementando su dureza, hasta que lleguemos al 16%. El muro de piedra que vamos a divisar prácticamente toda la subida y que sirvió como sujección para la construcción de la carretera va a se juez implacable de esta dura subida y no debe minarnos la moral, ya que lo veremos alla, arriba, y no apreciaremos en ningún momento que nos acercamos a él, y por lo tanto al final de la subida.
El segundo kilómetro de la subida nos sigue deparando una sucesión de durisimas rampas una curva tras otra, hasta llegar al pico del 19% en una curva a izquierdas tras una pequeña construcción que hay en la subida. Superado esto el puerto nos regala un descanso, incluida una pequeña bajadita que nos sirve para relajar las piernas de cara a afrontar los mas duro de todo el puerto.
Y tras este pequeño gran descanso toca afrontar los últimos 1600 metros de la ascensión, y para ello nada mejor que una durísima herradura a la que le da continuidad una terrible rampa al 20%..., palabras mayores ya en esta parte de la ascensión, que nos va a exigir al máximo y que nos llevará hasta el último kilómetro regalándonos un pequeño muro al 25%..., aquí, si vamos sin resuello, lo mejor es echar pie a tierra y disfrutar del magnífico paisaje que nos depara este lugar, con toda la ascensión a vista, casi de pájaro, con el río Douro allá, abajo, y con las paredes salmantinas de Hinojosa de Duero al otro lado del río.
Si, en cambio, vamos con fuerza y no nos hace falta parar aquí, nos quedan apenas doscientos metros de gran dureza, pues los últimos quinientos metros de subida rondan el 11% lo que para otro puerto serían unas duras rampas, aquí son rampas casi de descanso, pues antes de llegar aquí, el puerto, en esa zona de muro de piedra que veiamos desde abajo, nos depara una última dura rampa del 20% que, ahora sí una vez superada nos lleva a ese medio kilómetro final mas llevadero.
Llegados a la cima, ahora si podemos parar y disfrutar del paisaje. Aquí, un cartel de assomadouro ya nos indica que hay un lugar habilitado para ello, pero es un camino de tierra poco apto para nuestras bicicletas, por lo que disfrutemos a pie de carretera.
Desde la cima hay un descenso rápido hasta llegar a Poiares pueblo, y allí mismo una dura rampa de salida de la localidad nos enlaza con otras carreteras y con otros puertos, pero eso es otra historia, una historia, eso sí, relacionada con estos muros del duero, del que, sin duda, el rey es este de Poiares.